El hombre de la pata de palo
10.06.2021 12:24
Me impactó ver a aquel hombre con la pata de palo. Increíble. Sabía de ellos por la literatura y el cine. Piratas, mendigos… Caminaba delante de mí; marchaba con decisión hacia alguna parte por la acera de una céntrica vía de la ciudad donde vivo. ¡“El hombre de la pata de palo”! ¡A estas alturas del siglo XXI!
No pude contener la curiosidad y quise saber algo más de él. Me sentía emocionado y aceleré el paso con ánimo de adelantarlo e intentar ver su rostro. Pero contra más prisa yo me daba más prisa se daba él… Y además giró hacia una calle que no iba en mi dirección. Así que desistí y volví sobre mis pasos pues no quería llegar tarde al trabajo.
Justo a punto de llegar al portal de mi oficina oí nuevamente el traqueteo de su pata, parecía acercarse. Me iba a girar para comprobarlo en el instante en que él, tirándome de la manga izquierda, me miró a los ojos y me preguntó con un gesto gracioso: “¿Mejor así”?
Su rostro no me defraudó. Se trataba de un auténtico pirata del siglo XVII que, como si me conociese de toda la vida, con tono de confianza me dijo: “Muchacho, no es en la pata donde reside la piratería”. Me sonrió y, dejándome abandonado a mi perplejidad, se marchó de nuevo con su raudo y sonoro caminar.