Phra
04.03.2010 14:18
Porque os burlasteis de mi ocaso
cuando ya nada podía ofreceros
me abrí al odio hacia vuestra especie
pero no me calmó
ni vuestro dolor
ni vuestra sangre
Y a pesar de mi decrépita vejez
de mi boca temblorosa y babeante
surgió la voz poderosa del perdón
Pero ahora cambiarán las reglas del juego
ya no me arrastraré como mendigo entre vosotros
Mi tierra se refugiará en el cielo
y os administraré la luz generosa
con precaución
Inútiles serán
los acechos perversos
para quien cada mañana significará renacimiento
Gozad entonces de las horas y de los días
que os sean dados
y recordad agradecidos
que en mi destino
vive el vuestro.